UN CAÑÓN DE

"LA ARMADA INVENCIBLE"

EN

SAN SEBASTIÁN

     Tras poder acceder a un correo electrónico del especialista en artillería naval italiano R.G. Ridella, gentilmente facilitado por el Museo San Telmo de San Sebastián, empecé a estudiar y sumergirme, en la medida que mis humildes posibilidades lo permitían, en la historia de ese cañón, hasta ahora desconocida para mí. Una historia impresionante, terrible, que permanece oculta ante la mirada de los curiosos que visitan el museo del Castillo de la Mota, del monte Urgull, de mi ciudad San Sebastián. Una historia que me gustaría compartir con todos vosotros.

El descubrimiento del cañón como uno de los pocos restos de la "Armada Invencible", hacen de él una pieza de la historia de España de excepcional importancia, que podemos admirar en nuestra ciudad. Su descubrimiento y estudio, en su mayor parte, hay que agradecerselo al profesor Ridella, el mayor especialista en temas de artillería naval de la edad moderna, de cuya amistad me siento muy honrado.

 

EL CAÑÓN

     Se trata de un sacre, realizado en bronce, en el taller genovés del fundidor Dorino II Gioardi, como lo atestigua la "D" existente en el oído de la pieza.

     Su peso es de 1125 kilogramos, según reza la inscripción de su muñón "Cantara 23 - Rotoli 61".

     Medidas de Peso Genovesas:

1 CANTARA = 100 ROTOLI = 47'649 Kgrs.

     El cañón tiene inscrita la fecha en que fue realizado, para proteger, en un principio, las murallas de la ciudad de Palermo (Sicilia), y más seguramente en la defensa de su "Castel a Mare". Estamos en el año 1576. Esta ciudad siciliana fue la que encargó su realización, hecho que también queda sobradamente acreditado al descifrar las iniciales S.P.Q.P. existentes en el tubo (Senatus PopulusQue Palermitanus).

     Gracias a la marca genovesa del peso de la pieza, los estudios realizados por los profesores Ridella y Palazzolo, llegan a la conclusión de que nos encontramos ante uno de las dos únicos cañones supervivientes de las veinticuatro (once de fabricación genovesa) que se sacaron de Palermo con esta finalidad, y lograron regresar a España tras el fracaso de la empresa británica.

 

SU HISTORIA

     Estuvo defendiendo las murallas de Palermo durante once años de manera ininterrumpida, hasta que llegó una orden imperial a la ciudad en 1587. En ella se ordenaba, por deseo del Emperador Felipe II, que se requisaran los mercantes armados que se encontrasen en ese momento en puerto, y que su poder artillero fuese reforzado todo lo posible, Para ello se sacaron varias piezas de las fortificaciones, para embarcarlas en estas naos.

     La "Grande y Felicísima Armada", estaba compuesta por buques de diferentes nacionalidades, todas ellas englobadas en ese tiempo dentro nuestro poderoso imperio español. Estaban la Armada Portuguesa, la Castellana, la Vizcaína, la Guipuzcoana, la de Andalucía, la Mediterránea, la compuesta por las galeras napolitanas, y la que en este caso más nos interesa, la conocida como levantina o italiana.

     Nuestro cañón fue embarcado en la nao "Santísima Trinidad de Scala", perteneciente a esta última escuadra. El poder militar de esta agrupación era enorme, ya que estaba compuesta por los buques de mayor tonelaje y poder artillero de toda la "Invencible". Únicamente la superaban algunas unidades aisladas de las otras escuadras. Pero también tenía defectos, ya que adolecía de maniobrabilidad, eran naos pesadas y lentas, que no podían competir en ningún momento con la agilidad de los buques de Isabel de Inglaterra.

 

LA ARMADA DE LEVANTE

     Se formó con buques procedentes en su mayor parte de la actual Italia, siendo su mayoría grandes naos mercantes, fuertemente artillados. Estos fueron en su mayoría embargados por las autoridades españolas a lo largo de los puertos bajo su poder, el año 1587.

     Sus nombres y principales características:

LA RAGAZONA                 

1249Tn.                  30 Cañones.          80 Marineros.        291 Soldados.

Nao Capitana.

Regresó a La Coruña, donde se incendió tras un combate con los británicos.

LA LAVIA                            

728Tn.                    25 Cañones.          71 Marineros.         231 Soldados.

Nao Almiranta.

Hundida el 25 de Septiembre en Streedagh Bay.

TRINIDAD VALENCERA   

1100Tn.                 42 Cañones.          75 Marineros.        338 Soldados.

Buque de 1ª línea.

Hundido el 16 de Septiembre en Glenagluney Bay (Irlanda).

SAN JUAN DE SICILIA      

800Tn.                   26 Cañones.          63 Marineros.        279 Soldados.

Explotó el 15 de Septiembre en Tobermory Bay (Escocia).

RATA ENCORONADA      

820Tn.                   35 Cañones.           93 Marineros.        355 Soldados.

Buque de 1ª línea.

Hundido el 21 de Septiembre en Erria (Irlanda).

LA JULIANA                       

860Tn.                   32 Cañones.          65 Marineros.        347 Soldados.

Buque de 1ª línea.

Hundido el 25 de Septiembre en Mullaghderg (Irlanda).

SAN NICOLAS                    

834Tn.                    26 Cañones.          68 Marineros.        226 Soldados.

Hundido el 15 de Septiembre en Toorgles (Irlanda).

LA ANUNCIADA                              

703Tn.                   24 Cañones.          80 Marineros.        186 Soldados.

Incendiada y abandonada el 20 de Septiembre en Scattey Roads.

STA. MARÍA DEL VISÓN   

666Tn.                    18 Cañones.           70 Marineros.        255 Soldados.

Hundida en Streedagh Strand (Irlanda).

LA TRINIDAD DE SCALA  

900Tn.                   22 Cañones.          66 Marineros.        342 Soldados.

Regresó al puerto de Santander.

 

     Después de ver la composición de la Armada de Levante, hay varias características que son importantes destacar. Hemos visto el gran tonelaje de las naos. También su potencia de fuego. Por último, incidiremos en el número de naves perdidas, ya que de todas las naos solamente regresaron dos, La Ragazona, que se incendió y perdió a los pocos días de llegar, y la Trinidad de Scala. Esta nao es, realmente, la única superviviente de toda la escuadra. De la más castigada de todas  las que participaron en la expedición, y la que nos interesa, por contar entre sus cuadernas con nuestro cañón.

 

NAO LA TRINIDAD DE SCALA

     Estudiaremos someramente la historia de este galeón, ya que su periplo y aventuras son las mismas que las sufridas por nuestro cañón.

     Ya hemos señalado la procedencia del mismo, y que se destinó a reforzar el armamento del galeón. Este era propiedad del noble genovés Nicolo Lomellini. El mando de la nao se encomendó al Capitán Giacomo Scala. La nao, al igual que sus compañeras de escuadra, se encontraban bajo el mando del Almirante Martín de Bertendona, natural del País Vasco.

     La escuadra partió hacia las costas de Andalucía, recalando en Gibraltar, donde falleció su Capitán, siendo rápidamente sustituido por Francisco Isola. Reunidos los levantinos con la escuadra andaluza, la mediterránea y las galeazas napolitanas, reciben la orden imperial de partir hacia Lisboa el 13 de Julio de 1587, para lo cual se ponen todas las unidades al mando de Don Alonso de Leiva. La travesía duró tres semanas, llegando las 86 unidades sin grandes novedades al punto de reunión.

     Según nos narran testigos presenciales, la llegada de las escuadras fue impresionante, ya que entraron en el estuario del Tajo saludando con grandes y cerradas salvas de artillería, que por su intensidad, cubrieron todo de humo, dificultando la visión de todos los curiosos que se habían acercado. Ya me imagino a nuestro cañón escupiendo fuego y humo en ese espectáculo, que servía para enseñar al pueblo portugués el poderío de nuestra/su marina, y para que los espías ingleses mandasen sus alarmantes informes a su soberana.

     La nao permaneció en este puerto mucho tiempo, ya que los retrasos en la organización y suministro de los buques impiden la partida de la fuerza naval. La higiene es nula, por lo que es víctima de las epidemias que se ceban con las tripulaciones. Hubo gran mortandad, sobre todo a causa del tifus. El número de muertos por estos motivos superará enormemente al que originarán los proyectiles enemigos.

     La nao partió hacia La Coruña con todos sus compañeros de aventura. En el trayecto se verán atacados por una gran tormenta, que dispersa la formación, e incluso, hace que algún buque se pierda. Una vez reagrupados, y desde este puerto gallego, zarparon definitivamente para la "empresa de Inglaterra". Cuando comenzó a navegar por el estrecho de Calais, nuestro cañón comenzó a ver acción de verdad.

     La Trinidad de Scala, y por ende nuestro sacre, participó en las siguientes acciones:

     El 2 de Agosto de 1588 en el segundo enfrentamiento de la "Invencible", ocurrido frente a Portland Bill, contra la Armada Británica. La artillería del buque disparó en esta ocasión 35 proyectiles contra el enemigo, lo que hace una media de 1'6 disparos por cañón.

     Dos días después, el 4 de Agosto se ve involucrado en el tercer enfrentamiento, este frente a la isla de White, en el que realiza 21 disparos, con la media de 0'96 tiros por cada pieza.

 

Ataque a la "Invencible"con brulotes.

     El 8 de Agosto también participa en la más importante de todas, conocida como batalla de Gravelinas. En el transcurso del mismo efectúa 38 disparos, lo que hace una media de 1'7 por cada cañón existente a bordo.

     Disparemos nosotros también, aunque sólo sea la imaginación, y veamos a nuestro cañón de broce apuntando a las moles de madera inglesas, que desafiantes, pasaban por delante de su tronera. Imaginemos las enormes nubes de humo, las atronadoras explosiones, los gritos, los lamentos, el olor a pólvora, a salitre, a suciedad, a miedo...

 

Nuestro sacre sobre la actual cureña.

Se puede apreciar la enorme longitud del conjunto.

     Los datos anteriores sobre el número de disparos efectuados, están sacados del Archivo General de Simancas, Contaduría Mayor de Cuentas, Época 2a, Legajo 942. De todos ellos, podemos entresacar el gran defecto de nuestra armada, tantas veces comentado en las innumerables publicaciones existentes. La táctica española era la de acercarse al buque enemigo, disparar a corta distancia una potente y destructora salva, y aferrarse al enemigo para abordarlo. Los ingleses, por el contrario, se dedicaron a hostigar a los españoles, guardando siempre una prudencial distancia para no ser abordados. Los cañones británicos, montados sobre cureñas más cortas que las españolas, y de tubos también más cortos, eran más fácilmente recargables. Los españoles tenían que hacer auténticos esfuerzos para poder rearmar las piezas por sus bocas, ya que estas eran tubos muy largos, montados a su vez sobre cureñas no pensadas para operar a bordo.

 

El sacre, en su emplazamiento actual en la plataforma del Castillo.

     Después de los enfrentamientos contra la Armada inglesa, y el fracasado embarque de las tropas del Duque de Parma, nuestro cañón emprendió, con el resto de buques el regreso hacia España, a través de la ruta que circunvalaba las islas enemigas. En este tramo del peligroso viaje, se vio atacado por los elementos, tales como fuertes vientos, tempestades, lluvias, etc. Fue un calvario para los sufridos tripulantes del buque.

     Finalmente logró llegar al puerto de Santander, igual que un total de 44 naves, en un lastimoso estado. Se describe su llegada de la siguiente manera: "Desarbolado, sin bote y sin cuatro de sus seis anclas, seguramente perdidas en el ataque que sufrió la Armada con brulotes en la batalla de "Gravelinas". En efecto, los navíos se encontraban anclados en ese lugar, fuertemente asegurados, como era costumbre. Para asegurar las naves se disponía de varias anclas, que se utilizaban al mismo tiempo por mayor seguridad. Sorprendentemente, y de manera inesperada, nuestros barcos se vieron atacados por varias unidades incendiadas enemigas. Escupían llamaradas y sufrían fuertes detonaciones. Cada vez se acercaban más peligrosamente. Eran conocidos como brulotes. Si colisionaban con ellos, propagarían su infierno de fuego particular, causando la destrucción de la nave. Al no disponer de tiempo suficiente para levar las anclas y esquivarlos, la mayoría de los barcos optaron por la drástica medida de cortarlas y perderlas para siempre. Este detalle, aparentemente sin importancia, ocasionaría que más de uno naufragara más tarde, arrastrado contra las rocas y acantilados de Irlanda y Escocia.

     Vemos que nuestro cañón ha vivido muchas aventuras, visitado muchos mares, y sobrevivido a grandes peligros. El cómo llegó a nuestro Castillo de la Mota, en el monte Urgull es otra de las incógnitas que me asaltan. Seguramente sea fruto de las pasadas conmemoraciones centenarias de 1963, en las que se reconstruyó gran parte del castillo, y se dotó a este con una gran variedad de cañones de distintas épocas. Esta colección, venida a menos por la desidia y partidismos radicales que identifican todo lo que no les gusta como del "enemigo", actualmente se encuentra en un estado lastimoso. La mayoría de las piezas están sin sus correspondientes cureñas, ya que estas se pudrieron por la falta de mantenimiento.

     Nadie puede olvidar, y menos aún los vascos, y donostiarras en particular, la gesta de la "Armada Invencible", ya que el patriotismo de nuestra ciudad hizo que casi todos sus hombres de mar se enrolaran en la aventura. Este hecho trajo funestas consecuencias para nuestras familias, ya que San Sebastián-Donostia fue la población que más muertos sufrió en este fracaso militar, de toda España.

DETALLES DEL CAÑÓN